EN MI PRIMERA VIDA APRENDÍ Y EN ESTA QUIERO EJERCER

Tengo claro que estoy en mi segunda vida, volví a nacer el mismo día que la primera vez 42 años más tarde. Tuve una primera vida llena de cosas y experiencias maravillosas de las que me empapé y evolucioné, pero siempre a un ritmo frenético y con ganas de tener más: más dinero, más elogios, más conocimientos, … Pero la vida me dio la lección que necesitaba, estaba viviendo hacia fuera y, tras una época de renacimiento (y bastante morfina) aprendí que no es lo que necesitaba. No es lo que quiero.

Aprendí que si miro dentro se proyecta hacia afuera.

Aprendí que en la vida hay que ser egoísta para poder estar bien y así poder ayudar.

Aprendí que uno nunca deja de aprender y que cuanto más sabe, menos sabe.

No sé nada de la vida, pero me gusta creer que ahora estoy en el camino correcto.

Pero esto no significa que reniegue de mi primera vida, no podría haber llegado a lo que soy ahora sin haberla tenido. Además, creo que tengo la suerte de ser de las pocas personas que pueden recordar su vida anterior 😉

Yo necesité lo que se llama un hecho traumático para darme cuenta de que lo importante está más cerca de lo que pensamos y que sólo se necesita mirar un poco más a fondo para darse cuenta, pero reconozco que no es fácil de entender, hay que dejarse llevar por esa emoción que te dice que no es el buen camino y que tu lugar es otro. No es fácil cambiar tu modo de ver la vida, si no es con una colleja que te noquee. Pero sinceramente creo que es posible.

Puede que esté siendo un poco críptica pero la realidad y el mensaje es que durante mis primeros años estudié, trabajé, viajé y aprendí mucho sin ser consciente de que me focalizaba en algo muy ajeno a mí. Desde el 8 de Junio de 2016 me he sentido claramente otra persona, le he dado un vuelco a mi renacer y mis intereses han cambiado radicalmente. Soy consciente de mi ser, mis ambiciones son otras, mi estado de presencia en cada momento es absoluto sin vivir en un futuro del que no sé nada. En una palabra, ahora en mi vida EJERZO y no os imagináis lo que agradezco cada respiración, cada momento en que puedo avanzar, cada salida del sol es un evento único. Definitivamente soy extremadamente feliz de poder EJERCER.