4. Realizar masaje abhyaṅga
El simple hecho de pronunciar su nombre, abhyaṅga, ya invita al relax, ¿verdad? Pero este masaje no solo relaja, sino que también tiene beneficios terapéuticos. En Āyurveda se recomienda a diario
como una de sus rutinas saludables. Consiste en aplicar aceite templado por todo el cuerpo antes de la ducha. En las estaciones más frías usaremos el aceite de sésamo y en las más cálidas lo sustituiremos por aceite de coco.
Abhyaṅga favorece la circulación sanguínea, tonifica los músculos, fortalece las articulaciones e hidrata la piel. También mantiene la claridad y la paz mental y, en definitiva, nos proporciona vida rejuveneciendo nuestros tejidos.
5. Realizar actividad física
El ejercicio moderado procura fuerza y resistencia a nuestro cuerpo. Pero hay una gran diferencia entre ejercitarse y extenuarse. La intensidad ideal es la mitad de nuestra capacidad. El ejercicio
ha de ser una actividad que a la larga proporcione fuerza, energía y ligereza, en lugar de cansancio.
El ejercicio adecuado aporta equilibrio en la mente y el cuerpo. El yoga es un gran aliado. Las mejores “asanas” para incluir en nuestras practicas diarias son: surianamaskar o saludo al sol,
bhujangasana o postura de la cobra, shalabhasana o postura del
saltamontes, tadasana o postura de la montaña, veerbhdrasana
o postura del guerrero, vajrasana o postura del diamante,
paschimottanasana o postura de la pinza.
6. Comer apropiadamente
Somos lo que comemos, por eso debemos evitar alimentarnos con comidas rápidas, precocinadas, y saturadas de conservantes y colorantes. A la hora de seleccionar nuestros alimentos debemos priorizar aquellos que sean nutritivos y fáciles de digerir. Los alimentos no solo nutren el cuerpo
físico sino también la mente y los órganos sensoriales.
Sattva es el atributo que proporciona claridad mental. Son alimentos “satvicos” las frutas y verduras frescas (a excepción de las picantes), los cereales integrales, algunas legumbres como la soja verde o la lenteja roja, y lácteos como la leche o el “ghee”.
Siempre mejor si son de origen ecológico y se consumen recién cocinados.
La comida ideal debe incluir los seis sabores (dulce, salado, acido, picante, amargo y astringente) para ser equilibrada y saludable.
Cada comida debe contener un elemento untuoso, líquido y con atributo caliente, ya que es la combinación que más favorece la digestión.
Por el contrario, es importante evitar los alimentos incompatibles (fruta con lácteos, yogur por la noche, etc.), fritos, congelados, refinados o procesados. También desecharemos los platos donde
predomine un único sabor o que sean muy picantes. En cuanto a los hábitos dietéticos, evitaremos los excesos, los defectos, comer con horarios irregulares, comer muy frecuentemente, o comer sin hambre.
Una manera de ingerir líquido, que además es muy beneficiosa para hidratar el organismo, consiste en tomar sopas, zumos, infusiones, etc.
Entre las infusiones y tes, es recomendable tomar de dos a tres por día, pensando siempre en la más indicada según la constitución personal y la estación del año. En la medida que suelen predominar los sabores amargo, astringente o picante, no conviene abusar de ellos porque pueden incrementar la cualidad seca en el organismo.
7.Beber apropiadamente
Si nadie tiene el mismo apetito, ¿por qué nos empeñamos en establecer una cantidad de líquido como norma? Es algo que no deberíamos hacer porque las necesidades de agua varían en cada individuo, y están reguladas por la sensación de sed. ¡Por eso la recomendación es beber cuando haya sed! ¡Pero nunca agua fría! Conviene tomar el agua a temperatura ambiente, o tibia e incluso caliente en las estaciones frías.
Para mejorar el metabolismo es ideal tomar agua procesada con especias como la raíz de jengibre o las semillas de comino. También tomar agua hervida hasta reducirla a la mitad.
Por la noche optaremos por las especias relajantes que no sean demasiado secas y penetrantes, como por ejemplo las semillas de cardamomo. Las especias penetrantes como el jengibre, la canela o la cúrcuma, deben tomarse en horario de mañana.
Otro consejo que encontramos en los textos ayurvédicos clásicos y que procura calma y claridad mental, es procesar agua con algún objeto de oro. Basta con hervir durante quince o veinte minutos
el agua en la que hemos depositado previamente el objeto de oro, y luego ingerirla.
Para mejorar o inducir el sueño optaremos por los alimentos con cualidades untuosas y calientes. Algunas prácticas como la aplicación de nasya, de un emplasto de nuez moscada sobre la frente, o la ingesta de infusión de cardamomo, favorecen el sueño y el descanso. Es conveniente evitar el sueño en horas inadecuadas (por ejemplo, durante el día o inmediatamente después de las comidas principales), porque pueden alterar el patrón de sueño y el proceso digestivo.
Conectar con el Ser significa mantenerse en el presente, realizar todo conscientemente y con atención plena. Alcanzar ese estado implica que todas las actividades cotidianas se vuelven parte de una meditación. De esa manera conseguimos focalizar nuestra energía física y mental, evitando distracciones e interferencias.